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Estres parte de la vida diaria, aprende a canalizarla.

Estres, la tortura de nuestras rutinas

El estrés siempre estará presente en nuestra vida debido a situaciones externas que nos sobrecargan de responsabilidades y que no sabemos cómo gestionar de manera correcta para que no afecten nuestra rutina, e incluso nuestra vida.

El estrés se presenta principalmente en nuestra vida laboral o académica, ya que en ellas tenemos más actividades y responsabilidades que pueden afectarnos, dado que el resultado depende de nosotros.

Sin embargo, estas situaciones pueden ser abordadas de diversas maneras para que nos afecten menos. Y te digo que no será sencillo, ya que aparte de nuestras responsabilidades, también influyen las personas o circunstancias que nos rodean y pueden aumentar nuestro nivel de estrés, como un jefe molesto o un compañero o maestro difícil.

El estrés es una maldita emoción que nos saca de quicio, pero es parte de nosotros internamente. A menos que seas un ser sin sentimientos, se presentará en tu vida de una forma u otra.

Hay otros factores que pueden desencadenar el estrés, como ser ama de casa, madre o padre. Tener una familia es un trabajo bastante exigente y con un millón de responsabilidades que a menudo se nos escapan de las manos, como hacer las compras, limpiar la casa, atender a los niños, ir al colegio, cocinar o hacer recados durante el día. Hay muchas cosas y muchas más que se me escapan.

Pero es parte de la vida, por lo tanto, es importante que tengas estas herramientas para aplicarlas en tu rutina y gestionarla de mejor manera.

  1. Identificar los factores estresantes: ¿es la casa, el trabajo, la escuela, la sociedad inclusive?
  2. Practicar la relajación: realizar ejercicios de respiración para mantener la calma y no explotar en el momento, hacer yoga, seguir relajaciones guiadas o escuchar música, entre otras actividades que te ayuden a relajarte.
  3. Establecer límites: ¡mi favorita! Aunque cueste reconocerlo, la importancia de decir "NO" es clave para gestionar el estrés, ya que evitamos sobrecargarnos con actividades que no son nuestra responsabilidad. Nos adaptamos a nuestros tiempos y reconocemos nuestras capacidades para no hacer más actividades de las que ya tenemos.
  4. Establecer una rutina diaria: donde la planificación y las prioridades sean nuestras principales actividades. Por ejemplo, priorizar las actividades más importantes del día, establecer horas específicas para realizar esas actividades, tomar siempre tiempo para descansar o cuidarnos a nosotros mismos, y reservar tiempo para uno mismo.
  5. Mantener un estilo de vida saludable: comer bien, hacer ejercicio, escuchar música, bailar, despertar siempre con un propósito para el día.

Pon en práctica estas herramientas en tu rutina y te aseguro que tus niveles de estrés disminuirán considerablemente.

Y algo muy importante, aprende a diferenciar el estrés de la ansiedad.

Son emociones que a menudo se confunden debido a respuestas biológicas similares, como sudoración, dolor de cabeza, confusión mental, rumiación excesiva e insomnio.

El estrés se relaciona con factores desencadenantes en el presente, es decir, actividades que debemos realizar.

La ansiedad se relaciona con factores desencadenantes de pensamientos, preocupaciones y situaciones que sucederan en el futuro.




Brisleidy Montoya

Psicologa

@Psicoexpresarte

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